lunes, 17 de diciembre de 2012

Supermercado.

Camino reflexivo entre las calles que van a mi casa, y el frio del invierno me abraza hasta los huesos. Las luces espectaculares refulgen como antorchas en la noche. Suspiro mientras tu recuerdo resuena en mi cabeza. Un largo suspiro se esfuma entre mis esperanzas de volverte a ver. Y es que tus ojos ahora tan lejanos de los mios... ya no me miran como lo hacian y entre las paredes de concreto un liverpool me invita a pasar con las dependientas en minifalda, quienes elegantemente vestidas no solo ignoran de mi existencia, si no que anhelan la de mi cartera. Y la gente va y viene indiferente entre el humo de los coches y el sonido de la musica multicolor que hace eco con las risas y las platicas de los cafés y los puestos de comida. Y mi cabeza se detuvo hace meses ya, mi cuerpo es un automata que anda solo, que vaga en la penumbra de una fe que titila, que aparece y desaparece con la pulsacion de mi hipertenso corazón. Han terminado el supermercado, y eso es todo lo que quedo de ti.

Solo silencio.


Amurado en tu recuerdo ayer anduve caminando
por tu barrio que es mi barrio
y al buscar el portón de tu casa natal
el umbral donde un día te besé
vine encontrarme que tu cuadra había cambiado
y en vez de tu morada se hayó en tu calzada
una mole de hormigón iluminado
todo un gran supermercado con letreros en inglés

¿qué quedó de tu blanco balcón?
¿dónde está tu mirada de tímido amor?
me preguntaba al ver pasar los changarines
enterrando los cofines
el olvido tu historia y la mía
ruido frío de máquina triste,
quién dirá que realmente vos fuiste
sueño mío en la penumbra de un farol,
el rocío perfumado de rubor,
pétalo de luz, hilo de mi voz
beso irremediable de tu amor

yo te quise de tantas maneras
yo te quise deveras tal vez sin saber
que el tiempo es vendabal que arrastra todo
más yo no a saber qué modo
de quererte estaba bien
hoy me siento bien con la desesperanza
y el dinero como siempre que no alcanza
y el absurdo final de nuestra historia
cemento y desquicio de toda memoria
nada nada entre nosotros ha quedado
solo un gran supermercado
y este amor sin para qué

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