Los humanos no sabemos amar.
Serán siglos y siglos de estúpidas normas morales y
religiosas, serán siglos de adoctrinamiento y domesticación humana, serán la música,
será la literatura, será la educación, ¿será el sereno?
Estamos acostumbrados a que el amor se vuelva un bien lejano
y valioso, a veces utópico, extraño, difícil de encontrar, escondido, ajeno a
lo “normal”. Y dentro de esa rareza que le da al amor un valor en ley de oferta
y demanda se crea una leyenda acerca del mismo, se habla tanto del de su místico
poder que simplemente se le desaparece.
El amor se oculta de la mirada de todos, se hace el amor a
escondidas, se dan los besos en la oscuridad, donde los padres, los maestros,
los amigos o la gente no vean. Es más hay lugares del mundo donde está
prohibido besarse en la vía publica.
Los padres no te enseñan a amar, como algunos creen, quizá
lo hacen cuando eres muy pequeño, pero conforme vas creciendo se van alejando
de ti y las muestras de afecto se van haciendo cada vez más subliminales, en
regalos o actitudes. Pero las demostraciones físicas de cariño e incluso las palabras
se van haciendo cada vez menos y menos frecuentes, porque se cree que una
palabra de amor al joven o al adulto “lo hace ver débil o vulnerable”. El
humano es contradictorio, se avergüenza del amor, se avergüenza de demostrar lo
que siente por miedo a ser rechazado, criticado, juzgado o lastimado. Sin embargo
busca el amor en todos lados como si fuera una piedra preciosa rodeada de
toneladas de roca de indiferencia.
El humano vive inmerso en una sociedad donde esta “mal visto”
expresar cariño, hasta ya incluso saludarse en la calle es raro. Cruzar una
mirada con algún individuo es motivo de molestia. Incluso al abrazar a una
amiga, o a tu propia madre o padre, el familia o persona en cuestión se pone
tan a la defensiva que lejos de parecer un abrazo parece un castigo.
Los seres humanos nos
estamos encerrando poco a poco en una barrera egoísta de “mi propio mundo y déjenme
en paz todos. “Se vuelve autista, relegado a un espiral de autosatisfacción donde
ya no encuentra el contacto con otro ser humano sí no es por medio de la
pantalla de una computadora o un teléfono.
El humano necesita de amor y afecto, pero como no lo encuentra
alrededor entonces lo busca en las ilusiones imposibles y mágicas que le vende
la televisión y las historias de amor. El humano cree que el amor está en el
futuro, en el “después”, en el “algún día” y lo quiere ver reflejado en una
pareja que le de todo ese cariño que NO TIENE, y cree que la pareja le dará el
amor y el cariño que tanta falta le hace… Y puede que tenga razón, al menos por
un tiempo recibirá todo ese amor y cariño de la pareja, porque la síntesis química
que lleva a la procreación es tan fuerte que hace fallar el chip del “condicionamiento
social” y las reglas morales empiezan a saltarse, a brincar, a evadirse y
tratan de ser destruidas por el poder de la chispa del enamoramiento. Durante
el enamoramiento se dan las mejores expresiones de cariño, por que son una
valvula de escape contra años y años de reprimirse. Pero el enamoramiento es momentáneo,
lo sabemos todos, el efecto de una droga que hace creer a una persona “que sabe
amar” se pasa con el tiempo. Y que pasa? Que poco a poco la pareja, ambos,
vuelven a activar el chip del condicionamiento social que hace darnos cuenta
que el amor es AJENO A NOSOTROS, es raro, es inalcanzable y escaso y entonces
la pareja empieza a creer que “se acabó el amor” empieza a creer que su pareja
ya no lo quiere como antes, empieza a creer que EL O ELLA CAMBIARON y que por supuesto antes mentían o eran hipócritas
por que le decían cada rato que los amaban y ahora ya no. Sin darnos cuenta que
lo único que pasó es que volvimos al tedio y la rutina del estúpido mundo donde
el amor está prohibido. O más bien, adormecido por el caos de la cotidianeidad. Y el amor se convierte en una lucha egoista de uno contra el otro. donde uno desea ser amado, pero como EL QUIERE QUE SE LE AME. y la pareja se convierte poco a poco en un enemigo.
Un dia, pertenecí a un grupo, por una semana, un grupo que
mas viene era un taller, donde se lograba y obligaba a uno a estar en contacto
con sus emociones. Dentro del grupo se lloró, se abrazó, se dijo, se amo, se
besó y se expresó demostrando, que los seres humanos somos perfectamente
capaces de amar y de demostrar amor, cuando estamos en un grupo que no te
juzga, te reprime, o te limita con respecto a lo que se hace o se dice. Y fue
una experiencia maravillosa, pero lo que mas me dolió, fue darme cuenta, que sí
todos tuviéramos la oportunidad de expresar el amor de esa manera, el mundo no estaría
tan echo mierda como esta.
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